domingo, 8 de julio de 2012

CULTURAS AMERICANAS: Psicodelia huichola



Obra del chamán huichol José Benítez Sánchez, expuesta en el Centro Cultural de México, en París.
Foto: Carmen del Puerto.

Los que tenemos cierta edad viajamos virtualmente en los años ochenta gracias al periodista Luis Pancorbo, que escribía, dirigía y presentaba “Otros Pueblos”, una serie sobre antropología cultural producida por TVE. Eran tiempos menos globalizados que los actuales y con menos conocimientos del mundo en que vivimos y de su historia.

En uno de estos documentales “acompañamos” a una tribu de indios huicholes del estado de Nayarit, al oeste del valle de México, para presenciar y filmar algunas de sus ceremonias rituales, que se han mantenido prácticamente intactas hasta la actualidad.

Al menos una vez en su vida, los huicholes hacen una peregrinación al mítico territorio de Wirikuta, en las laderas de San Luis Potosí (México), donde crece el cactus del peyote. Esta planta contiene hasta 45 alcaloides, algunos de los cuales, como la mescalina, produce desinhibidores efectos psicodélicos; la Inquisición la prohibió como “diabólica”. “Peyote” es una palabra náhuatl a la que el lexicógrafo fray Alonso de Molina dio en el siglo XVI el significado de “capullo de seda” por su apariencia.

Aún, hoy, la vida del huichol gira en torno al culto de este cactus singular alucinógeno, el “cactus divino”, que sólo puede manipular el chamán de la tribu, el único capaz de penetrar por medio del sueño en el territorio de los dioses creando un vínculo entre lo sagrado y lo profano. El peyote permite a los huicholes “elevarse de su áspera realidad a un mundo sobrenatural”. Un ejemplo de “la victoria del relativismo cultural de los huicholes”, según Pancorbo.

El uso de plantas alucinógenas ha sido frecuente en muchas culturas en todo el mundo, como vehículos hacia una mejor y mayor percepción del entorno y del individuo en sí. El peyote mismo ha sido utilizado durante miles de años por varios grupos indígenas, no sólo los huicholes, en rituales de espiritualidad y como planta medicinal. Algunos científicos y humanistas, convencidos de las posibilidades benéficas de las drogas psicodélicas para los humanos, investigaron personalmente su uso, como el escritor de ciencia ficción Aldous Huxley, el poeta y pintor Henri Michaux o el gurú de la New Age Timothy Leary.


Otra entrada en este blog sobre los huicholes en:

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Arte huichol en París:

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