domingo, 30 de septiembre de 2012

SERIE GABÓN: Cruzando el río

 Pintura mural del puente de lianas de Poubara en la provincia del Alto Ogooué (Gabón).
Foto: Carmen del Puerto.

 Turistas cruzando el puente de Poubara (Gabón).
Foto: Carmen del Puerto.

Según la Real Academia Española, “miedo” es una “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. El mecanismo que lo desata se encuentra en el cerebro y produce cambios fisiológicos inmediatos. Dice Wikipedia que se incrementa el metabolismo celular, la presión arterial, la glucosa en sangre, la actividad cerebral y la coagulación sanguínea. Es más –añade- “el sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.” En cambio, la enciclopedia libre no dice nada de incontinencias intestinales ni de esfínteres.

“Pánico” era el terror que Pan, semidios de la mitología griega, con cuernos y extremidades de cabra, provocaba en los viajeros cuando se les aparecía en las encrucijadas de los caminos. Supongo que el verbo “espantar” también se le atribuye etimológicamente.

No sé si sentí miedo o pánico cruzando el puente de lianas de Poubara sobre las aguas del río Ogooué. Pero fue una experiencia funambulista que no se olvida fácilmente.

 
Detalles del puente de Poubara (Gabón).
Fotos: Carmen del Puerto.

El puente de lianas de Poubara, de 52 m de longitud, fue concebido por el gabonés Moussikoue Mvouzangoye en 1915 para unir dos pueblos separados por el río Ogooué, de peligrosas corrientes en la región. Este puente necesita cada año 2.500 lianas, que deben ser trenzadas de un modo tradicional muy preciso para asegurar la solidez de la suspensión. La operación implica mucha mano de obra, esfuerzo y perseverancia. El puente viejo se mantendrá sólo, como sujeción, durante los tres meses que tarde en construirse el nuevo encima. Cuando se concluya, tendrá lugar una ritual ceremonia de inauguración en la que también se agradecerán los servicios prestados al puente viejo antes de jubilarlo.


“Cruzando el río”, de TAM TAM GO!:

SERIE GABÓN: Pase por taquilla

Taquilla a la entrada de las atracciones turísticas de Poubara (Gabón).
Foto: Carmen del Puerto.

Pase por taquilla si quiere cruzar el famoso puente de lianas que le permitirá acceder al salto de agua de Poubara, ambas atracciones señaladas en las guías de viaje y protegidas, que no financiadas, por el Gobierno de Gabón. Consulte las tarifas en el tablero del árbol de mango. Además de ser atendido por jóvenes guías muy competentes de una misma familia, con el mismo apellido que el presidente Omar Bongo Ondimba, su aportación contribuirá a salvaguardar este sitio turístico, patrimonio cultural del país que comparte espacio con una moderna central hidroeléctrica. Y, quién sabe, quizá los francos CFA (moneda común de 14 países africanos, entre ellos Gabón) que se recauden de su visita también ayuden algún día a mejorar las instalaciones de la taquilla del lugar.

SERIE GABÓN: Aguas turbulentas

 
 
 Tramos de fuertes corrientes del río Ogooué, en el sureste de Gabón.
Foto: Carmen del Puerto.

Salto de agua de Poubara (Gabón).
Foto: Carmen del Puerto.


“Bridge over troubleb water”, de Simon & Garfunkel:

SERIE GABÓN: El desembarco chino

 
  Carteles informativos sobre el proyecto chino “Grand Poubara” 
para la construcción de una nueva central hidroeléctrica en Gabón.
Fotos: Carmen del Puerto.

“Símbolo de la amistad chino-gabonesa”, dice un cartel sobre el proyecto “Grand Poubara”, una nueva central hidroeléctrica –la tercera sobre el río Ogooué- que los chinos construyen en el sureste de Gabón, aunque con mano de obra local, no muy entusiasmada. Esta central, que inicialmente producirá 160 megawatios, proporcionará energía al complejo siderúrgico y metalúrgico de Moanda, donde se encuentra el principal yacimiento de manganeso del mundo. El gigante asiático, que ya financió, entre otras obras, los estadios de fútbol de Libreville y Franceville con motivo de la Copa África, es hoy uno de los principales inversores extranjeros en el llamado “Gabón emergente”. De ahí que una profesión con futuro en este país africano sea hacerse intérprete de chino mandarín, porque si no…

SERIE GABÓN: El Desembarco de Normandía

 Cangrejos fantasma o de arena en una playa de Gabón.
Foto: Carmen del Puerto.

¿El Desembarco de Normandía? No exactamente. No era el mítico día D ni el 6 de junio de 1944, principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco el desembarco se produjo en ninguna de las playas normandas de Calvados, al noroeste de Francia, ni se denominaba en clave “Operación Neptuno”. Es más, creo que no se trataba de tropas aliadas, sino de 150.000 soldados alemanes, muy rubios y disciplinados que marchaban con el brazo en alto. Iban armados cuando los vi al amanecer en aquella playa del Atlántico, de nacionalidad gabonesa. Un ejército que avanzaba hacia los lados y hacia atrás, supongo que siguiendo estrictas órdenes de sus mandos o directamente del mariscal Rommel, antes de que este personaje se suicidara. Pero la batalla estaba ganada de antemano. A pesar de sus poderosas pinzas y de haber minado la playa de agujeros, mi presencia y mi cámara de fotos los asustaba de tal manera que a un paso de avance mío ellos retrocedían en masa, refugiándose de nuevo en el agua o enterrándose en la arena. Por eso, en aquella playa de Gabón, me sentí el general Eisenhower, derrotando a la Wehrmacht del III Reich y liberando a Francia de los odiados nazis. ¡Ay, si a Hollywood le interesara mi historia!

jueves, 27 de septiembre de 2012

SERIE GABÓN: Viviendo entre caníbales

 Olla convertida en maceta en los jardines de una misión católica en Lambaréné (Gabón). 
Foto: Carmen del Puerto.

A veces, en la dureza de aquella nuestra segunda jornada de viaje, me complacía en saberme probablemente la única mujer blanca que hacía un periplo guiada por gentes de una tribu temida, los antropófagos fang, y sin que ningún soldado negro enrolado en las tropas francesas la llevara en brazos, ni en un coche de caballos, ni en silla, ni en fin, como de costumbre se conducen tantos europeos que arriban a África y son incapaces de dar dos pasos seguidos por algún lugar que no haya sido pavimentado. Reconozco, sí, y perdóneseme la petulancia, que me sentía muy contenta y orgullosa de mí misma*. Pero quien cuenta tan atrevida experiencia en el siglo XIX no soy yo, sino la exploradora inglesa Mary Kingsley, que convivió con aquellos caníbales. Claro que antes tuvo que abatir de un tiro a un elefante, no por simple entretenimiento, como aún acostumbran algunos, sino para que los fang la respetaran y no se la merendaran, como hacían con sus enemigos.

Hoy, los fang son una etnia bantú que habita en el sur de Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial. Y no creo que lleven una tibia adornando su cabello ni que se coman al explorador blanco en la olla colectiva de la aldea, aunque esta representación de la antropofagia nos persiga como un fantasma en nuestro subconsciente colectivo.

*MARY KINGSLEY. Viajes por el África occidental. Valdemar. Madrid, 2001. p. 177.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

SERIE GABÓN: “Intentadlo, si os atrevéis”


 
Panorámicas del río Ogooué a su paso por Lambaréné (Gabón).
Fotos: Carmen del Puerto.

Lambaréné, la capital de la provincia gabonesa de Moyen-Ogooué, se ubica dentro de una isla del inmenso río que da nombre a la región. Una circunstancia geográfica que facilita una importante vía de comercio interior, confiere belleza al paisaje y permite al viajero captar imágenes de tarjeta postal. Ciudad africana de la hospitalidad, en el doble sentido de la palabra, Lambarené es hoy todo lo contrario a lo que significó su nombre en lengua myéné, algo así como “intentadlo, si os atrevéis”. Un término que testimoniaba la hostilidad de los habitantes originarios del lugar hacia los extranjeros que quisieran implantarse en su territorio.