sábado, 21 de julio de 2012

CULTURAS AMERICANAS: El colapso de los “pacíficos” mayas


 Templo de las Inscripciones de Palenque, en el estado de Chiapas (México).
Foto: Carmen del Puerto.

Durante mucho tiempo, los arqueólogos creyeron que los antiguos mayas eran un pueblo pacífico. Del documental “El reino perdido de los mayas” (Lost Kingdoms of The Maya) de National Geographic se deduce lo contrario. En la actualidad sabemos que las guerras mayas fueron “intensas, crónicas e irresolubles”, porque las limitaciones de abastecimiento y transporte de alimento impedían que ningún principado maya unificara toda la región. Las evidencias arqueológicas indican que las guerras se intensificaron y se volvieron frecuentes. Lo demuestran las excavaciones de inmensas fortificaciones que rodeaban a muchos emplazamientos mayas. Lo refuerzan las escenas de batallas y cautivos que pueden verse en monumentos de piedra, vasijas y en las famosas pinturas murales descubiertas en el yacimiento de Bonampak en 1946 (que la tecnología ha permitido recuperar con todo su esplendor), así como la escritura maya, con inscripciones regias que ensalzaban las victorias.

También sabemos que los reyes mayas combatieron para capturar prisioneros, siendo el rey de Copán (“Conejo 18”) uno de ellos. Jared Diamond, en su Colapso, ¿Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen*, describe muy gráficamente lo que hacían con los cautivos: “Se torturaba atrozmente a los prisioneros de formas que quedan representadas claramente en los monumentos y murales (como, por ejemplo, descoyuntándoles los dedos, arrancándoles dientes, cortándoles la mandíbula inferior, los labios o las yemas de los dedos, colgándolos de los pulgares o atravesándoles los labios con agujas); y las torturas culminaban (en ocasiones varios años más tarde) con el sacrificio del prisioneros de modos igualmente terribles (como, por ejemplo, amarrándolo a una bola, atando sus brazos y piernas alrededor de ella y haciendo rodar al prisionero escaleras abajo por la empinada escalinata de un templo).” (DIAMOND, p. 223).

Según este autor, el colapso de los mayas se produjo por la interacción de cuatro factores: el deterioro de su entorno, especialmente con la deforestación y la erosión; los cambios climáticos (las sequías); la hostilidad entre los propios mayas; y factores político-culturales, “particularmente la competencia entre reyes y nobles que desembocó en un énfasis crónico en la guerra y en la erección de monumentos antes que en la resolución de los problemas subyacentes.” (DIAMOND, p. 216-217.). Sobre todo, teniendo en cuenta que aquellos grandes templos mayas fueron construidos únicamente a base de piedra, utensilios de madera (no conocían el metal) y fuerza muscular humana (no disponían de poleas ni de animales domésticos grandes de carga).

*DIAMOND, Jared. Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Random House Mondadori. Barcelona, 2006.

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