sábado, 27 de agosto de 2011

LA ELEGANCIA DE LA “SAPE” CONGOLESA

 
 
 

Imágenes de la exposición: “Un sueño de ida y vuelta. La S.A.P.E. Congolesa”,
de los fotógrafos Héctor Mediavilla y Baudouin Mouanda,
presentadas en el marco del FCAT 2011.
Fotos tomadas de la exposición: Carmen del Puerto.

Son unos dandis, aunque desfilen por las calles sin pavimentar de Brazzaville. No les importa que su entorno no haga juego con su elegancia. Y si pueden llamar la atención y competir con sus impecables y coloridos trajes de marca, combinados de forma única con corbatas, sombreros, calcetines y zapatos –también con el taxi para acudir a las fiestas-, habrán logrado su objetivo en la vida. Porque serán admirados y tendrán el respeto de su comunidad. Dicen contribuir así a que sus seguidores se alejen de la violencia, la cual no encajaría con sus refinados modales. El culto por la estética y el lujo es una filosofía para subvertir su estatus social, olvidando los enfrentamientos bélicos del pasado y la miseria del presente, aunque a base de créditos o de no comer literalmente. Ese “hábito” exhibicionista de vestirse con glamour, caminar con pasos largos y hablar educadamente deriva del período colonial. Cuando los franceses llegaron al Congo a principios del siglo XX, deslumbraron por su distinción a los jóvenes de la etnia Bakongo. Desde entonces, el sueño de los llamados sapeurs, los miembros de la SAPE o Société des Ambianceurs et des Personnes Elegantes (Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes), es vivir una temporada en París, empaparse de moda y regresar vestidos con modelos de Pierre Cardin o Christian Dior.

Ochenta fotografías de Héctor Mediavilla y Baudouin Mouanda mostraban en Tarifa el fascinante mundo de la S.A.P.E. La exposición, en la Sala Municipal de Exposiciones Cárcel Real, era una de las actividades paralelas del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), celebrado del 11 al 19 de junio y que en su octava edición seguía ofreciendo espléndidas películas de un siempre prodigioso continente.

Comisariado:
Sandra Maunac y Mónica Santos
Masasam Espacios de Creación

Más información:

LOS JARDINES DE LA ALTA COSTURA

 
 
Los Jardines Majorelle en Marrakech (Marruecos).
Foto: Carmen del Puerto.

A Yves Saint Laurent le fascinaba Marrakech. En el zoco Smarine podía adquirir las mejores telas para sus diseños. Gracias a ello, la ciudad marroquí presume hoy de tener los jardines de las mil y una noches, aunque originalmente diseñados por el pintor Jacques Majorelle. La que fuera la segunda residencia del modisto francés de alta costura, fallecido en 2008, alberga un museo de arte islámico rodeado de una exuberante vegetación: jardines de cactus, palmeras, bambúes y otras plantas exóticas entre los azules, verdes, rojos y amarillos de sus macetas y la musicalidad de sus pájaros. El sueño de este célebre diseñador de moda, que fue el primero en incorporar el esmoquin al vestuario femenino, en implantar el prêt-a-porter como una línea comercial completa y en contratar a mujeres de raza negra como modelos en sus desfiles. Yves Saint Laurent fue quien hizo de la actriz francesa Catherine Deneuve su imagen, quien se inspiró en pintores como Mondrian, Picasso y Braque para sus colecciones y quien ganó una fortuna con su perfume Opium, el más vendido del mundo en 1977. Los Jardines Majorelle, con su estilo art nouveau salpicado de arabescos, rinden homenaje a su memoria.
 
Más información:

LO ÉTNICO SE PONE DE MODA

Oferta étnica de una tienda textil de Oaxaca (México).
Foto: Carmen del Puerto.

Las propuestas étnicas se hacen hueco en el mundo de la moda. El estilo “navajo”, por ejemplo, inspirado claramente en el atuendo tradicional de los indios nativos norteamericanos, se abre paso con sus estampados tricotados que acompañan de plumas, trenzas y flecos. Una tendencia que revelan los diseños de Isabel Marant, entre otros, para la temporada otoño-invierno 2011-2012. Son estilos que no sólo lucen por la estampación de los colores y motivos figurativos de las mantas indígenas, seña de identidad de algunas tribus. También invitan a viajar por la diversidad étnica del planeta. Lo tribal y los años setenta se combinan con desenfado en las nuevas ofertas. Un rico mestizaje que reivindica las artesanías tradicionales locales y que asumen tanto la alta costura como el prêt-á-porter.

ESCAPARATE DE CONTRASTES


 Uniformes escolares femeninos y vestidos infantiles de fantasía para niñas
expuestos en las tiendas de Ciudad de México.
Fotos: Carmen del Puerto.

La dualidad del día y la noche se pasea por las calles. Un escaparate de contrastes que simboliza nuestros avatares diarios. La disciplina estoica y las tentaciones hedonistas, el esfuerzo y la diversión, el aula y la fiesta de cumpleaños. Uniformes escolares femeninos y vestidos infantiles de fantasía para niñas son manifestaciones que hoy centran exaltados debates. En el primer caso, con reminiscencias de dictaduras, pero también con sólidos argumentos sociales: todos somos iguales y la vestimenta, inevitablemente, evidencia la diferencia de clase. Pero el derecho tropieza con el derecho, y la defensa de la igualdad que abandera el uniforme podría diluirse a favor de las individualidades y de la libertad de expresión. En el segundo caso, la imagen de princesas que se inculca a las niñas contribuye –se dice- a perpetuar un rancio rol femenino, un estereotipo, que en nada favorece la igualdad de género. La producción Disney, con todo su marketing, refuerza esta imagen y de ahí la etiqueta de películas sexistas. Pero, al margen de las reflexiones, de la ilusión infantil y de las letras de Sabina, ¿quién no espera un príncipe que la rescate de su rutina?

EL MORBO CELESTINO DE ROGELIO BALADÍ

Cuento barroco. Escrito jugando con las palabras en 1984.

  Narciso, obra pintada por Caravaggio entre 1594 y 1596. Esta pintura se encuentra actualmente en la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma.

Narciso, seudónimo de Rogelio Baladí, era un hermoso joven que vivía cerca del Monte Helicón. Creía en el amor, en la continuidad de las especies y en el orden interno del cosmos. Respetaba la encrucijada libidinosa de su mundo, aunque se sentía moralmente muy lejos de él. Pero las leyes humanas sabían de su vulnerabilidad y el escándalo surgió allí donde se esperaba.

Narciso, seudónimo de Rogelio Baladí, se había enamorado de su propia imagen, reflejada sobre las aguas de una fuente cristalina. Y ante la imposibilidad se satisfacer su pasión, intentó suicidarse con la soga del sufrimiento.

Pero el amor es fantasía. El amor es un grito interior, una reivindicación, un narcisismo incontrolado. Es como estar enamorado de una jerarquía, sin poder experimentar instantes de vértigo… a la sombra de los tilos, en Alejandría.

Y Narciso, seudónimo de Rogelio Baladí, se consoló con un poco de ingenua irracionalidad. Se perdió en la geometría, en el isomorfismo, en las cuadraturas imposibles. Era su amor tan loco y necesitaba tan poco que, sin darse cuenta, su corazón se envileció.

La nostalgia del primer momento, cuando todo es intuición y duda, se transformó en espejo de furia; la felicidad sobornada, en sodomía; el placer encubierto, en vilipendio…

Hasta que, finalmente, Narciso, seudónimo de Rogelio Baladí, nunca un héroe de leyenda, se mataría algún día.

 El narciso, la flor del mito.
Foto: Pilar Blanco Varela.

Némesis, la diosa de la venganza, hizo que el bello y desdeñoso Narciso se enamorara de su propia imagen reflejada en las aguas de una fuente. Incapaz de apartarse de ese reflejo, acabó consumiéndose y convertido en una hermosa flor.

Para saber más de mitos con rigor, recomiendo Mitología Clásica, de Antonio Ruiz de Elvira, en la editorial Gredos.

MODA SIN LÍMITES


 Los tacones imposibles de Alexander McQueen, diseñador británico fallecido en 2010.

POR LAURA PDP
Cuando estudiaba Bellas Artes, los profesores de pintura nos decían que la imitación era la mejor forma de admiración. Que lo importante era empapar tu cabeza de imágenes de otros artistas, no sólo para conocer su obra, sino para intentar trabajar como ellos. “Hoy en día, ya todo está inventado”, insistían. Ahora que invierto mi tiempo en el diseño de moda, nos cuentan la misma historia. Nos desmotivan con la idea de que no vamos a crear nada nuevo, de que sobre todo italianos e ingleses ya lo han hecho. Cierto es que ya existen todos los patrones “base” posibles. Desde que en el siglo XVII, por los encargos que se hacían de corsés, los sastres se dieron cuenta de que la gente podía dividirse en varios tipos de cuerpos y que podían vestirlos siguiendo unas pocas reglas de proporción. Estos moldes o plantillas que se crearon entonces son los mismos que se siguen usando hoy, aunque con sus pertinentes transformaciones. Quizá sea este el motivo de que las colecciones sean cada vez más estrambóticas, no por ello peores. Ya no es un “boom” encontrar una prenda que libere a la mujer del corsé, como hizo Paul Poiret, ni que la haga más sexy, más elegante… Y “el cliente” parece haber pasado a un segundo término, siendo los diseños creados con el fin de hacer destacar, más aún, a su célebre diseñador. Se agotan las ideas, se vuelve a los años 70, se reinventan prendas olvidadas, aquellas que dijiste que nunca más volverías a ponerte. Se mezclan tejidos, colores y formas, ya no hay tópicos de qué “pega” y qué no “pega”. Si ha desfilado en pasarela y lo firma tal persona con nombre importante, es MODA. Soy la primera fashion victim, la primera que adora, por ejemplo, los tacones imposibles del difunto Mcqueen, pues para ir más cómoda ya existen unos sencillos tacones de salón. La moda ha evolucionado. Ya no responde a una mera necesidad básica y, en la actualidad, se vincula más con el arte. Antes, los sastres cosían vestidos. Ahora, los diseñadores esculpen prendas casi arquitectónicas, confeccionan cuadros y buscan la mejor paleta de color para distinguirse en cada temporada. Compitiendo en la pasarela, ya no hay límites.

MODA EN EL BAZAR


Cartel de una exposición sobre la Fotografía y la Moda, del fotógrafo australiano Bruno Benini, en el Powerhouse Museum de Sidney (Australia).
Foto del cartel: Carmen del Puerto.

En este “bazar” tan personal, donde me he propuesto que quepan todos los continentes, también cabe la Moda, y la escribo con mayúsculas. Porque, queramos o no, este fenómeno social de gran presencia mediática y muy ligado a la globalización condiciona nuestras vidas más de lo que parece. En mi caso, sin ser yo muy “de modas”, como diría una sobrina mía, he comprendido que no debo desdeñar ese mundo que, injustamente, consideraba frívolo y banal. Ahora incluso empiezo a sentirme atraída por él, aunque sólo sea por las ricas historias que descubres detrás de los diseñadores, como la fascinante Coco Chanel, y las obras de arte que indudablemente crean. Pero, sobre todo, ya no puedo ser tan crítica con el universo de modelos y pasarelas, pues es el campo profesional que ha elegido mi hija mayor (a la que por cierto debo su ayuda en la creación de este blog). Ella me ha contagiado un poco de su entusiasmo, que se manifiesta, por ejemplo, cuando contempla extasiada las revistas especializadas (Vogue, Vanity Fair, Harper’s Bazaar…), publicaciones lujosas que cuidan al detalle el diseño y ofrecen páginas de color sensacionales. Ella me ha familiarizado con nombres como el diseñador británico ya desparecido Alexander McQueen, objeto de una exposición –“Savage Beauty”- en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, o con el fotógrafo de modas peruano Mario Testino, que lo mismo inmortaliza a la super top model Kate Moss como a los futuros reyes de Inglaterra. Los bolsos de Louis Vuitton, los zapatos de Manolo Blahnik o el repetido adjetivo “vintage” ya no me resultan un léxico ajeno. Razones todas ellas que justifican por qué hoy las entradas de mi blog hablan de Moda, aunque a mi manera, y entre ellas una colaboración de mi hija, LAURA PDP, a quien deseo la mejor de las suertes en este oficio.
 
Y desde aquí también quiero unirme al sentir general por el reciente fallecimiento del modisto español Jesús del Pozo, cuyos perfumes y aguas de colonia me agradan.

EL "PATITO FEO" DEL SISTEMA SOLAR

Cuento Infantil escrito el 26 de agosto de 2006.

Plutón, un planeta menor.
Composición artística: Gabriel Pérez (SMM/IAC).

El Sol estaba muy contento incubando sus planetas y pensando en lo simpáticos y gorditos que pronto serían. A los pocos días nacieron nueve planetas muy hermosos, excepto uno, Plutón, tan pequeño, que hacía reír a todo el Sistema Solar. Aquel planeta no se parecía a los demás. Sus hermanos no querían jugar con él, y su padre, el Sol, lo rechazaba, apartándole de su lado. Pero él intentaba acercarse de vez en cuando. ¡Tenía tanto frío…! Se sentía muy triste y solo, aunque Caronte, su único amigo, permanecía siempre a su alrededor. Plutón, finalmente, endureció su ya helado corazón y se volvió un excéntrico.

“¿Eres de esta familia?”, le preguntaban una y otra vez los astrónomos de la Tierra que le observaban. Plutón no sabía qué responder. Pero un día, al despertarse, un grupo de planetas enanos le llamaron para que fuera a jugar con ellos, y se puso muy contento de verse aceptado en esa nueva familia que el destino le proporcionaba. Jamás entendió cómo pudo vivir tanto tiempo en un entorno que le menospreciaba por su tamaño. Pero ya no le importaba, porque había encontrado a los suyos y era feliz, ¡muy feliz!

sábado, 20 de agosto de 2011

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: La niña tzotzil de los girasoles

Foto: Carmen del Puerto.

San Cristóbal de las Casas, Chiapas (México), 12/07/2011

Los girasoles ya se cultivaban en la América precolombina antes de que los españoles los introdujeran en Europa. Ahora son motivos decorativos habituales en la artesanía mexicana. ¿Me venderá esta niña tzotzil uno de esos tapetes rosas o verdes con girasoles amarillos? ¿Me venderá también un cinturón trenzado de colores? ¿Sabrá contar los pesos? ¿Negociará si regateo el precio?... En conciencia espero un taxativo “no” a todas esas preguntas, confiando en que la niña indígena de la foto sólo esté cuidando un momento la mercancía de su madre en el puesto del mercadillo. Y quiero pensar que simplemente ella está ahí, posando con su atuendo chiapaneco, fantástica, antes muerta que sencilla y ajena a los versos de Miguel Hernández: “Contar sus años no sabe/ y ya sabe que el sudor/ es una corona grave… “

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Textiles de los Altos de Chiapas


 Foto: Carmen del Puerto.

San Cristóbal de las Casas, Chiapas (México), 12/07/2011

Las indígenas tzotziles descienden de las montañas, de los Altos de Chiapas, para vender su  artesanía textil a unos turistas siempre ávidos de recuerdos que llevarse de regreso a sus países de origen. Muchas de estas mujeres se organizan en cooperativas, lo que les permite producir mayores volúmenes en mejores tiempos de esos jaspes precolombinos de algodón con los colores del Altiplano. En otros casos, se trata de extensos negocios familiares en el que trabajan todas las mujeres e incluso los más pequeños. En el mercadillo tradicional al pie de las escalinatas de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en San Cristóbal de las Casas, es tal la exuberancia de color, que no puedes resistirte. Y terminas comprando al por mayor manteles, telas y cojines bordados, cuando no hermosas blusas y huipiles, pero siempre con un margen de regateo bien “urdido”.

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Las dos Fridas


Las dos Fridas, de Frida Khalo. Museo de Arte Moderno de Ciudad de México.
Foto: Carmen del Puerto.

México D.F. (México), 06/07/2011

Mujeres que sufren hay muchas en el mundo, también en México. Mujeres que son salvajemente torturadas y degolladas por psicópatas que matan impunemente, como en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua. Mujeres que han de viajar en vagones de metro reservados para ellas a salvo de un libidinoso resabio machista, como en Distrito Federal. Mujeres indígenas que, a pesar de su lucha (y de vender hermosos huipiles en los mercados de Chiapas), siguen siendo las más excluidas de los excluidos y objeto de una triple discriminación: de clase, de etnia y de género.

Frida Khalo también sufrió y así lo expresaba en sus pinturas, de iconografía no siempre políticamente correcta. Suerte que hoy conozcamos a la artista mexicana por la calidad de su obra y por su modernidad intelectual, aunque resulta difícil valorarla al margen del sufrimiento que la persiguió toda su vida: la poliomielitis, que la dejó lisiada ya de niña; el accidente del autobús y el tranvía, que le fracturó la columna y la pelvis y cuyas secuelas malograrían sus futuros embarazos; las numerosas operaciones quirúrgicas a las que debió someterse; los corsés que tuvo que llevar hasta estando postrada en la cama… y una atormentada relación sentimental con el muralista mexicano, un infiel, quizá no desleal, Diego Rivera. Su doloroso divorcio inspiró el doble autorretrato Las dos Fridas, que alberga el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México. En el cuadro, unas tijeras han cortado la arteria que une a las dos mujeres, las dos naturalezas -mexicana y europea- de la pintora, salpicando de sangre el blanco de su vestido. Heridas emocionales de una vida de película que Salma Hayek y Alfred Molina interpretan con más glamour que rigor biográfico.

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Arte huichol en París

 

Obras del chamán huichol José Benítez Sánchez.
Fotos: Carmen del Puerto.

Los huicholes son un pueblo autóctono de la Sierra Madre Occidental de México que han conservado hasta el presente sus creencias ancestrales, a diferencia de otras etnias indígenas del país, ahora de religión católica. El chamán mexicano José Benítez Sánchez (1938-2009), también conocido como Yucaye Kukame (“Caminante silencioso”), componía con la técnica del estambre (hilo de lana sobre madera) auténticas obras de arte contemporáneo. Unas obras que, como el arte aborigen australiano, no sólo tienen un gran valor estético y  un colorido impactante. También cuentan historias, mitos y cosmovisiones.

 

 Obras del chamán huichol José Benítez Sánchez. 
Abajo, El camino de los tres mundos, de 120 cm.
Fotos: Carmen del Puerto.

Los tres mundos de la cosmogonía huichola son el océano, la sierra y el desierto, que se corresponden con los tres espacios de la búsqueda interior por orden cronológico. Los huicholes tienen claro que la vida comenzó en el océano, donde vivían los dioses, sus ancestros. Al abandonarlo en busca de mayor iluminación, descubrieron la sierra, el Cerro del Amanecer, el lugar por donde saldría el Sol y donde algunos empezaron a desarrollar la vida cotidiana. Pero la peregrinación de los verdaderos antepasados huicholes culminaba en Wirikuta (la sierra de Catorce, en el desierto de San Luis Potosí), con el nacimiento del Sol. Todo un peregrinaje ritual, de poniente a oriente, que los huicholes suelen hacer ayunando, confesando públicamente sus pecados y caminando 45 días hasta llegar a aquel desierto. La recompensa es una planta mágica, el peyote, que comen para tener las visiones supuestamente enviadas por los dioses y plasmadas posteriormente en sus obras de arte.

Ver El encuentro con el Espíritu del Híkuri (Peyote) por Elízabeth Méndez en: http://www.realdecatorce.net/huicholes.htm

Una exposición en París, en el Centro Cultural de México (Instituto Cultural de México), mostraba, entre otras, las obras que aquí reproduzco, coincidiendo con la celebración de “El año off de México en Francia”. Una atractiva muestra concebida por Ediciones Artes de México bajo el título “Huichol, un peuple qui chemine à la recherche de l’aube” (“Huicholes, un pueblo que camina en busca del amanecer”) y bajo el comisariado de Gabriela Olmos, directora adjunta de la revista Artes de México.

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Las iguanas de Tulum

Foto: Carmen del Puerto.

Tulum, Quintana Roo (México), 19/07/2011

Tulum es una ciudad mexicana del litoral caribeño conocida no sólo por sus playas color turquesa o por sus cenotes de agua dulce. También por sus iguanas, guardas de un espectacular yacimiento precolombino, emplazado en un acantilado sobre el mar. No se sabe muy bien si estos ejemplares proceden de los reptiles originales que convivieron con los mayas o han sido especies reintroducidas posteriormente para ambientar mejor el recorrido por la zona arqueológica. La cuestión es que se pasean desafiantes por la roca caliza y roban protagonismo a los templos y al castillo de la ciudad maya que protegía las rutas comerciales marítimas hasta el siglo XVI. Un cronista español que acompañó al conquistador Juan de Grijalva en su expedición al Yucatán, en 1518, comparó la belleza de Tulum con la de Sevilla, aunque en la ciudad andaluza nunca hubo iguanas.


(Recomiendo hospedarse en el hotel Villa Matisse de Tulum, alojamiento económico donde no sólo se guarda memoria al vanguardista pintor francés. También se ofrecen hamacas de colores para la siesta, bicicletas para ir a la playa y un trato exquisito por parte de la dueña.)

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Si Pakal levantara la cabeza…


 
 Foto: Carmen del Puerto.

Palenque, Chiapas (México), 15/07/2011

Si el gran rey de Palenque levantara la cabeza y se viera convertido en un “astronauta” llegado de otro mundo -lectura errónea de los restos arqueológicos que defienden los amantes de lo paranormal-, se volvería a hacer encerrar en su magnífica tumba de 20 toneladas que tan bien le ocultó durante siglos. K’inich Jannab’ Pakal o “Gran Señor Escudo Solar” fue uno de los soberanos más gloriosos de las ciudades mayas de Mesoamérica, constructor de pirámides y vencedor de batallas y a quien no desmereció su hijo, K’inich Kan Balam II, o “Serpiente Jaguar orientada al Sol”. En México, mayas, aztecas y teotihuacanes, entre otros, dejaron improntas imborrables que hoy explotan los mercadillos de souvenires establecidos en los propios yacimientos. Un ejemplo son los pirograbados en piel con la inscripción de la gran losa del sarcófago de Pakal (ver detalle en la foto) hallado en el solemne Templo de las Inscripciones. En ella, el monarca, en extraña postura, con la antorcha craneal de su linaje divino, un hueso prendido de la nariz como símbolo de renacimiento y una ceiba sagrada o axis mundi brotando de su vientre, está a punto de iniciar el viaje al inframundo, aunque no en una nave espacial. Un buen guía turístico del país siempre estará dispuesto a contarte la verdadera historia de un rey que supo reinar, aunque en su época también rodaran cabezas.

MÉXICO, ¡ÁNDALE!: Las flores de Oaxaca


 Fotos: Carmen del Puerto.

Oaxaca (México), 10/07/2011

Sorprendidos, no miran al fotógrafo, sino a una turista que les ha regalado unas flores, posiblemente adquiridas en el mercado de Oaxaca a una expresiva anciana que sólo así dejaría su rostro lleno de surcos en una cámara digital. Los dos hermanos se alejan sonriendo para contárselo a sus padres, que atienden un puesto de artesanía en la plaza del Zócalo. Cuando el destino hace que de nuevo se encuentren con la misma turista, los niños se acercarán a ella también con una sonrisa, aunque ya no para darle un abrazo en agradecimiento por el ramo, sino mendigando dinero para mantener a su familia, una lección bien aprendida en las zonas más castigadas de México. Pero… ¿quién puede reprochárselo?