sábado, 22 de octubre de 2011

OBELISCOS: La hija de Amón



Obelisco caído de Hatshepsut, en Karnak (Egipto).
Foto: Godofredo Galván.

La hija de Thutmosis I y Ahmose apuntaba maneras. Pero ser mujer y faraón al mismo tiempo nadie lo creía posible en tiempos de la decimoctava dinastía. Hatshepsut tuvo que casarse con su hermanastro Thutmosis II, ejercer de corregente durante la minoría de edad de Thutmosis III, hijo de su marido con una esposa secundaria, y “comprar” los apoyos del clero del templo de Amón en la antigua Tebas (hoy Karnak). El mito de la “teogamia” fue su recompensa: los sacerdotes tebanos legitimaron su poder proclamando su origen divino como hija de una reina de Egipto y del propio dios Amón. Por entonces, no se hacían pruebas de ADN, así que nadie cuestionó esa paternidad. Su coronación se grabó en piedra, sobre granito rosa, como puede verse en el piramidion del obelisco caído de Hatshepsut en Karnak, junto al Lago Sagrado. Desde ese momento sería jefe de Estado, adoptaría el protocolo de los reyes, se vestiría como un hombre, llevaría barba postiza, luciría la doble corona, suprimiría la desinencia femenina en su titulatura y tendría su propio cartucho real con el nombre de Maatkare. Los faraones posteriores, incluso Ramsés II, quisieron borrar su memoria, pero es obvio que no lo consiguieron.

  A la izquierda, acuarela del obelisco de Hatshepsut de Karnak de Henry A. Bacon (1900),
en la Academia de las Artes de Honolulu (Hawai, EEUU).
A la derecha, el obelisco real en Karnak.
Foto: Carmen del Puerto


1 comentario:

  1. Con borrar como plan del querer hacerlo -habiendo sido tan así- habría bastado a cualquier Ramsés con socavar una de las cuatro plataformas del obelisco más alto de Egipto. Si dos Dinastías antes encargar un obelisco y alcanzar a plantarlo llevó siete meses de trabajo, y en época raméssida lo mismo, echar abajo algo de ello no habria llevado más que lo mismo. Cierto es que el ADN no era ejercicio a ser comprobado, aunque sí los Reyes fueron consumados guerreros las veces que el Estado caía bajo amenaza; Tuthmose mismo pasó a la sombra dos décadas antes de tomar las decisiones que su tía antes tomara para la defensa, y la madre de su tía, y la madre de la madre de su tía -''Rey'' conjunto al muchacho. El padre de Ramesses II fue soldado antes que Rey -y de sangre Real por añadidura-. Cinco mujeres al mando del Ejército y del País -enviudadas por las consecuencias de invasiones al mismo tiempo que el reino perdía a sus Reyes- se sucedieron hasta la sexta -Hatshepsu-, y puede ser motivo suficiente, para no derrivar obeliscos, ni tener que comprar al poderoso clero derechos propios de quienes defendieran todo eso junto.

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