sábado, 29 de octubre de 2011

Hipnosis en vagones de metro


Foto: Carmen del Puerto.

Nápoles (Italia), 29/01/2010

Me miraba fijamente mientras su padre tocaba el acordeón. Parecía hipnotizarme para anular mi voluntad, o animarla. Quería algo más que unas monedas. La expresión de este Oliver Twist sin fortuna lo decía todo con expresiva dureza. “Dime, turista, ¿dónde están mis derechos?, ¿por qué debo acompañar a mi padre, que es un artista, para que podamos comer?, ¿qué fue del niño que dejé de ser en los vagones de metro?”. La mendicidad infantil ya no se identifica con el dulce rostro del niño abandonado que acompaña a un Charlot vagabundo en el cine, aunque sigue teniendo esos grandes ojos que hipnotizan.

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