Distintas caras del Obelisco de Thutmosis III/Teodosio I en Estambul (Turquía).
Fotos: Carmen del Puerto.
El que fuera uno de los obeliscos del faraón Thutmosis III, para conmemorar el cruce del río Éufrates en el 1450 a.e., hoy lleva el nombre de un emperador bizantino y puede admirarse en un parque de Estambul (la antigua Bizancio y luego Constantinopla), cerca de la bella Mezquita Azul del sultán Ahmed. Pero antes de convertirse en el obelisco de Teodosio I y erigirse en el Hipódromo de la ciudad turca, esta monumental piedra de granito tuvo un intrincado periplo, no del todo confirmado, con varios emperadores romanos de por medio. Por orden de Constantino I el Grande y, al morir éste, a instancias de su hijo, Constancio II, salió de Karnak rumbo a Alejandría, donde hizo una escala más larga de la prevista. En ese intervalo, el emperador Juliano mandó construir un barco especial para transportarlo, pero no se movió del puerto. De allí lo rescató Teodosio I, más de treinta años después, en el 390, aunque el obelisco no llegó a su destino final de una sola pieza, ni con sus 30 metros de partida.
El antiguo Hipódromo de Constantinopla con la Mezquita Azul a la izquierda.
Cuadro de Jean-Baptiste van Mour (1671–1737) en el Rijksmuseum de Amsterdam.
Cuadro de Jean-Baptiste van Mour (1671–1737) en el Rijksmuseum de Amsterdam.
El Hipódromo de Constantinopla, concebido para animar a la sociedad romana por el emperador Séptimo Severo y ampliado por Constantino I el Grande, quien trasladó a la ciudad con su nombre la capital del Imperio, fue enriquecido con los elementos decorativos traídos por Teodosio I de todos los rincones del mundo. En este recinto, eran espectaculares las carreras de cuádrigas, documentadas en los bajorrelieves bizantinos del marmóreo pedestal del obelisco, los cuales muestran también escenas con Teodosio ofreciendo los laureles de la victoria al ganador y bárbaros sometidos entregando sus tributos ante el emperador y su corte, además de los avatares del traslado y alzamiento del propio obelisco.
Pedestal de mármol con bajorrelieves bizantinos.
Foto: Carmen Alonso Suárez.
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