sábado, 14 de enero de 2012

El dulce rostro de Omaira

La niña colombiana Omaira Sánchez Garzón.
Foto: Frank Fournier.

“Lo intentaron de nuevo y aparecieron sus hombros y sus brazos, pero no pudieron moverla más, estaba atascada. Alguien sugirió que tal vez tenía las piernas comprimidas entre las ruinas de su casa, y ella dijo que no eran sólo escombros, también la sujetaban los cuerpos de sus hermanos, aferrados a ella.” 
(ISABEL ALLENDE. Cuentos de Eva Luna)

Este año habría cumplido los 40 de haber sobrevivido a la tragedia del Nevado del Ruiz en 1985. El pueblo colombiano de Armero fue arrasado por la furia del volcán y, como recuerda la periodista Maruja Torres en su valiente Mujer en guerra, “había miles de niñas Omaira en aquel devastado paisaje”. Pero la Omaira de la foto, la Omaira que siempre recordaremos con tristeza, permaneció tres días atrapada en el fango. Todos vimos su agonía en directo, por televisión, con una impotencia que nos comprimía el corazón como los escombros le comprimían a ella sus piernas. La escritora Isabel Allende también nos conmovió describiendo la terrible escena en sus Cuentos de Eva Luna. El rescate fue imposible y la gangrena gaseosa, tras ahogar las últimas palabras que la niña dirigió a su madre, se llevó esos ojos negros que tan dulcemente miraban a la cámara.

2 comentarios:

  1. No puede uno olvidar esa mirada manchada de negro, ni debe. Gracias por tu artículo, Carmen.

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  2. Omaira, Omaira. Cómo me impacto las imágenes de está niña cuando estaba viendo la tele. Han pasado mucho tiempo, muchos años y todavía la recuerdo. Tengo un familiar que por aquel entonces su mujer estaba embarazada y le puso a su hija el nombre de Omaira, en recuerdo a esta niña valiente y eterna en las retina de nuestro ojos.

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