sábado, 16 de junio de 2012

ESTAMBUL: El astrónomo turco que descubrió el asteroide de un príncipe



Ilustraciones de Antoine de Saint-Exupéry para El Principito.

El Principito venía del asteroide B 612. No he encontrado referencias sobre este “pequeño planeta” (el asteroide real con esa numeración se llama Veronika y fue descubierto en 1906 por August Kopff desde el Observatorio de Heidelberg, en Alemania). Tampoco he averiguado nada sobre los seis planetas que el Principito visitó antes de la Tierra, pero por algo su existencia es mera ficción. Aun así sabemos que el asteroide tenía tres volcanes y que era tan pequeño que nuestro personaje de la literatura, con sólo mover su silla, podía ver hasta 43 puestas de sol diferentes, crepúsculos de otros tantos astros circundantes.

“Este asteroide sólo ha sido visto una vez con el telescopio, en 1909, por un astrónomo turco. El astrónomo hizo, entonces, una gran demostración de su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó por culpa de su vestido. Las personas grandes son así.
Felizmente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco obligó a su pueblo, bajo pena de muerte, a vestirse a la europea. El astrónomo repitió su demostración en 1920, con un traje muy elegante. Y esta vez todo el mundo compartió su opinión.
Si os he referido estos detalles acerca del asteroide B 612 y si os he confiado su número es por las personas grandes. Las personas grandes aman las cifras.”
(ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY. El Principito. Emecé. Barcelona, 1995. p. 19)

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 Sello postal conmemorativo del 75º aniversario de la República Turca.
Foto: Carmen del Puerto.

Con estos párrafos de su lírica parábola, el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry se mofaba tanto de los astrónomos profesionales como de la modernización turca que impulsó en 1923 Mustafá Kemal Atatürk, “el padre de los Turcos”, fundador de la República que puso fin a siglos de sultanato otomano. Los turcos cambiaron su manera de vestir tras la Primera Guerra Mundial adaptándose cada vez más a las pautas occidentales. Pero Atatürk, que murió de cirrosis, no sólo reformó el código del vestido prohibiendo el fez y el velo, también creó un estado laico, cambió el alfabeto árabe por el latino, adoptó el calendario gregoriano, abolió la poligamia, admitió mujeres en cargos públicos, cerró los monasterios de derviches y ordenó disolver los harenes. Las mujeres allí encerradas procedían en su mayoría de tierras lejanas del Imperio, eslavas de Rusia, el Cáucaso o los Balcanes (las musulmanas no podían ser esclavizadas) que habían sido secuestradas o vendidas siendo niñas. Atatürk, que no sabía qué hacer con ellas, puso un anuncio en los periódicos de aquellas regiones convocando a los posibles familiares en el palacio Topkapi a una hora de un día determinado. Su Código Civil de 1926 reconoció la igualdad de derechos de las mujeres en cuanto al divorcio, la custodia de los hijos y la herencia, entre otras leyes reformistas. No exento de la crítica, el culto a su personalidad se respira en las calles de Estambul, aunque Atatürk degradó a la ciudad trasladando la capital a Ankara.

2 comentarios:

  1. wow, en serio es interesante, debo leer este libro para una prueba y esto del asteroide me intrigaba, ahora se que el principito no era real ;_;
    ok no
    gracias por la infooo

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