sábado, 18 de febrero de 2012

Arlequinas

Jóvenes sorrentinas disfrazadas de arlequinas en época de Carnaval. 
Foto: Carmen del Puerto.

No son musas de Picasso, aunque el pintor malagueño incorporó arlequines a su compleja iconografía. Las jóvenes sorrentinas de la foto son modelos ocasionales. Con sonrisas, rombos y pompones, posan sin saberlo para el bazar de la Retórica. Y con su cromático disfraz, me permiten rendir tributo a la “Comedia del Arte”: un teatro de máscaras, de las que se libraban los personajes femeninos, con la excepción a veces de la ingeniosa sirvienta Colombina (también llamada Arlequina), por la que hoy se conoce una famosa máscara veneciana. Tampoco se enmascaraban Pedrolino (Pierrot), con su cara enharinada, y los enamorados, cuyos rostros debían expresar abiertamente sus sentimientos. Los estereotipados personajes masculinos (Arlequín, Briguella, Il’Dottore, Il’Capitano, Polichinela, Somardino, Pantalone…) se ocultaban, en cambio, tras una media máscara de Carnaval que sólo les cubría los ojos y la nariz y dejaba despejada la boca para hablar sin obstáculos. La máscara, que había sido condenada por la Iglesia, resumía todas las características psicológicas de cada personaje. Pero de la Comedia del Arte me interesa destacar la presencia de la mujer en el oficio teatral, un logro progresista en la Italia del siglo XVI. Por la misma época, las menos liberales compañías de teatro inglesas sólo contrataban a hombres, que hacían, travestidos, los papeles femeninos.

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