sábado, 5 de noviembre de 2011

La zapatera prodigiosa


 Zapatos (1888), pintura de Vincent van Gogh. Óleo sobre lienzo (46 x 55 cm), 
en el Metropolitan Museum of Art de New York.

Se casó con su marido por conveniencia sin imaginar que, pese a la diferencia de edad, llegaría a quererlo. Soñaba amores imposibles hasta que, un día, su apenado marido la abandonó. La cortejaban, sin éxito, el Alcalde, don Mirlo y los mozos del pueblo. La calumniaban las vecinas, que envidiaban su hermosura. Y la adoraba un niño, a quien colmaba de ternura. Supimos de su historia gracias a Federico García Lorca. Una mañana, el amado de Penélope regresó con un cuadro bajo el brazo. El zapatero era Vincent van Gogh.

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