La ventana (1925), de René Magritte. 1925. Óleo sobre lienzo. 65 x 50 cm.
Colección privada. Bruselas. Bélgica.
La victoria (1939), de René Magritte. Óleo sobre lienzo. 72,5 x 53,5 cm.
Colección privada.
Puertas y ventanas devienen en metáforas, más si hablamos de René Magritte. Son marcos para asomarse a la realidad onírica y paradójica del pintor surrealista belga. Engañando a los sentidos, buscando la poesía perdida de la materia y descontextualizando los objetos cotidianos, el artista siempre sorprende y obliga al espectador a abandonar ideas preconcebidas. Un pájaro recién liberado o a punto de perder su libertad, entre pirámides dibujadas y pirámides en el paisaje a uno y otro lado de la ventana. Una puerta en perspectiva abierta a una triple conexión tierra, mar y cielo, con una nube (¿de nuevo la libertad?) cruzándola con sigilo. Difícil tener claros los mensajes de Magritte, pero fácil dejarse fascinar por su arte.
(Gracias, Violeta).
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