El río
Usumacinta (“Mono aullador”), frontera natural entre México y Guatemala.
Foto:
Carmen del Puerto.
Hay ríos míticos, de aguas turbias, que esconden yacimientos arqueológicos
perdidos en sus márgenes, mimetizados con un selvático entorno. El Usumacinta
es uno de esos ríos, el más largo y caudaloso de América Central, una frontera
natural que separa México de Guatemala y que alberga las ruinas de Yaxchilán
(“Piedras siempre verdes”), una ciudad maya del Período Clásico. Este
yacimiento pertenece hoy al municipio de Ocosingo, en el estado mexicano de
Chiapas, y sólo puede accederse a él vía fluvial, en rústicas embarcaciones de
madera. Los monos aulladores, que dan nombre al río por su estremecedor gemido,
parecen querer no sólo marcar su territorio, sino también alejar a los turistas
con malas intenciones, a todos aquellos que no sean capaces de valorar la
belleza del pasado maya oculta bajo las enormes ceibas de la selva lacandona, refugio
en otro tiempo de la guerrilla zapatista.
Edificio 33, en
la Gran Acrópolis, del yacimiento maya de Yaxchilán, en el municipio de
Ocosingo (Chiapas, México).
Foto:
Carmen del Puerto.
Edificio 19 o
Laberinto de Yaxchilán (México).
Foto:
Carmen del Puerto.
Me encanta esta entrada, y me trae muchos recuerdos! Está muy bien,M&M
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