Vistas
sobre el Cuerno de Oro desde el cementerio popular de Eyüp, en Estambul
(Turquía).
Foto:
Carmen del Puerto.
Cementerio
popular de Eyüp, en Estambul (Turquía).
Foto:
Carmen del Puerto.
En Estambul, visitar un cementerio no es
morboso, pero puede ser agotador, pues hay más de cien cementerios en la ciudad,
a cual más interesante. Uno de los más bellos y bucólicos es el cementerio popular
de Eyüp, situado en las laderas de una colina con vistas sobre el Cuerno de
Oro, el estuario a la entrada del Bósforo. En lo alto de la colina del
cementerio, rodeado de lápidas y flores, se encuentra el Café de Pierre Loti,
que lleva el nombre del novelista francés enamorado de Turquía. Es obligado
acercarse, mejor por los senderos del cementerio que en teleférico, a este
entorno de animado ambiente y relajante paisaje donde los estambulíes pasan las
tardes de domingo.
Tumbas
del cementerio popular de Eyüp, en Estambul (Turquía).
Fotos:
Carmen del Puerto.
Pero en Eyüp también se pueden visitar
los magníficos mausoleos de las clases poderosas que rodean la mezquita donde
está enterrado Eyüp Ensari, compañero de Mahoma.
Tumba
otomana del cementerio en torno a la mezquita de Eyüp, en Estambul.
Foto:
Carmen del Puerto.
Cementerio
de la mezquita de Solimán el Magnífico (la Süleymaniye).
Foto:
Marta Lorena García Alonso.
Las lápidas de los cementerios turcos están
talladas en mármol o en piedra. Colocadas verticalmente, su simbólica
decoración, que diferencia hombres de mujeres, también aporta información del
nivel social y oficio de los ocupantes de la tumba que señalan. Las lápidas
correspondientes a hombres del Imperio Otomano se identifican con un turbante
de piedra en su parte superior. El número de pliegues esculpidos en el turbante
indica el estatus del difunto, mayor cuanto más pliegues se hayan añadido.
Cuando el sultán Mahmud II prohibió los turbantes en 1828, las tumbas de los
hombres empezaron a decorarse con un tradicional fez de piedra (imitando al
típico gorro rojo de fieltro turco con forma de cubilete). Cuando Mustafá Kemal
Atatürk prohibió los fez en 1925, las lápidas dejaron de decorarse con tocados.
Las tumbas correspondientes a las
mujeres se ornamentaban plantando un rosal en la sepultura o esculpiendo en sus
lápidas pequeñas rosas, una por cada hijo que hubieran dado a luz.
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