Amarillo, Rojo, Azul (1925), pintura de Vassily Kandinsky,
expuesta en el Centro Pompidou de París.
Foto: Carmen del Puerto.
expuesta en el Centro Pompidou de París.
Foto: Carmen del Puerto.
Ahora mismo tengo esta imagen de fondo de escritorio en mi ordenador. Vassily Kandinsky pintó este cuadro de intensos colores para mí, aunque luego se lo regaló a la rusa Nina Andreievsky, que no lo valoró como yo y acabó donándolo al Museo Nacional de Arte Moderno de París. Nunca entenderé cómo tan bella sinfonía de líneas y colores, de tan cálida geometría cromática y tan apasionado expresionismo abstracto, que incluso invita al optimismo, terminó en manos de una mujer casi treinta años más joven que el pintor ruso. Pero, a pesar de mis celos, no fui yo quien mató en 1980, en su villa suiza, a la viuda de Vassily.
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