sábado, 7 de enero de 2012

La elegancia del biciclo

 Biciclo expuesto en unas bodegas de Yarra Valley, en Victoria (Australia).
Foto: Carmen del Puerto.

Observa la estética del biciclo y descubre la armonía de la diferencia, la metáfora de lo grande y lo pequeño, la simbiosis perfecta de esta veloz antigualla. Si una rueda genera y dirige el movimiento, la otra sirve de punto de apoyo. Y aunque el equilibrio no es perfecto, una no puede existir sin la otra. Con el tiempo, las ruedas de los velocípedos han ido acortando distancias, igualando sus diámetros, en busca de la simetría y huyendo del contraste. Hoy, las bicicletas se jactan de sus proporcionadas líneas, pero en elegancia nunca podrán competir con el digno biciclo.

2 comentarios:

  1. Apreciada bloguera.

    El biciclo, a mi no me parece elegante y mucho menos equilibrado y seguro ¿te has parado a imaginarte subirte o, peor aun, bajarte? ¿te has parado a pensar que pasa cuando frenas? ¿y cuando frenas cuesta a bajo? Eso si, me parece un artefacto perfecto para el catálogo de Jacques Carelman. Proponselo, je, je...
    Felicidades por la ristra de entradas, gracias.

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  2. Estimada Carmen,
    el comentario anterior será de alguien entendido en bicicletas pero en mi opinión,lo seguro y practico no tiene que ver con la estética y elegancia.
    Me gusta...
    un saludo.
    ma

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