Ventana típicamente trinitaria, alta y con remate horizontal a ras del suelo.
Foto: Carmen del Puerto.
Ventanas altas y enrejadas sobre un azul pastel en Trinidad (Cuba).
Foto: Carmen del Puerto.
Ventanas de la Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía de Trinidad (Cuba).
Foto: Carmen del Puerto.
Ventanas de la casa de un rico hacendado azucarero, la Casa de Saturnino Sánchez Iznaga,
en la Plaza Mayor de Trinidad (Cuba).
en la Plaza Mayor de Trinidad (Cuba).
Foto: Carmen del Puerto.
Las ventanas trinitarias enrejadas, altas y asomadas a la acera, permiten estar al tanto de lo que ocurre en la calle sin salir de las casas. También sirven de asiento a sus curiosos moradores. Son el orgullo de una hermosa ciudad colonial de colores pasteles, la tercera villa fundada por la Corona española en Cuba, la Trinidad que duerme tranquila a los pies serranos del Escambray. Expertos forjadores del hierro moldearon las caprichosas verjas que hoy embellecen las ventanas de casonas y palacetes, aunque nos remitan a un pasado colonial de ricos hacendados criollos, esclavos negros e ingenios azucareros.
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