Foto: Carmen del Puerto.
Marrakech (Marruecos), 30/05/2008
A las puertas de la madraza de Ben Youssef, una joya del arte islámico en la medina de Marrakech, diferentes culturas, generaciones y sexos pueden compartir asiento, como muestra de convivencia y respeto mutuo. En la imagen, bajo dos caligrafías distintas, un anciano del lugar con su mirada perdida en un tiempo y espacio infinitos no parece preocupado por la presencia a su lado de la turista vestida con pantalones y concentrada en su guía. Ya nada perturba la paz interior del viejo. Más que resignación, es su bondad, sabiduría y experiencia, reflejadas en su rostro, las que le han enseñado que en este mundo hay sitio para todos. Una actitud noble que quizá adoptemos la humanidad algún día. ¡Inshalá!
Carmen: pasa el tiempo pero no por la madraza y tus conocimietnos sobre ellas.
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