Reflejos de la selva en las aguas del río Ogooué (Gabón).
Fotos: Carmen del Puerto.
El hombre de Vitruvio (1487), de
Leonardo da Vinci, representaba la simetría del cuerpo humano, aunque no
tengamos dos corazones. También la del Universo en su conjunto, aunque “la
armonía invisible es mayor que la visible”. Una margen del espléndido río que
corta Gabón en dos mitades hace de perfecto eje de simetría, reflejándose en
las aguas fluviales los contornos invertidos de la selva. Naturaleza duplicada,
gozo de los sentidos y Heráclito en mi memoria: “En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los
mismos]»”.
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