Dibujos realizados por niños del Hospital Albert Schweitzer de
Lambaréné (Gabón).
Foto: Carmen del Puerto.
Un
informe de UNICEF llama la atención sobre la paradoja de un país como Gabón,
que si bien “disfruta de una economía saludable y condiciones políticas
estables”, con una “robusta economía sustentada principalmente por el petróleo”
y “un ingreso per cápita de unos 7.000 dólares anuales”, mantiene un 40% de sus
habitantes viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Y añade este informe:
“Un factor que agrava esa situación es que debido a sus altos ingresos en
concepto de venta de petróleo, el Gabón no puede recibir ayuda de diversas
iniciativas internacionales de socorro, como la Alianza Mundial para Vacunas e
Inmunización.” Problemas económicos a los que sumar los relativos a educación
(hacinamiento y deserciones, especialmente de niñas y mujeres), mortalidad en
la niñez (74 de 1.000 menores de 5 años) e incidencia del sida (5,2% en 2009).
Según
personal médico que trabaja en el Hospital Albert Schweitzer de Lambaréné, este
centro atiende a pacientes que se niegan a hacerse la prueba del sida por temor
a contagiarse con el test mismo y, obviamente, a sufrir rechazo social en caso
de confirmarse el diagnóstico. En este país falla la educación y la información,
y cuando se dispone de esta última, los medios para evitar el contagio no están
al alcance de la población. Todo ello pese a campañas como “CAN sin sida”, que
distribuyó 488.000 preservativos durante la Copa Africana de Naciones de 2012, apoyada
por leyendas del fútbol como el brasileño Pelé y el camerunés Samuel Eto’o, muy
querido en Gabón.
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