sábado, 11 de febrero de 2012

“Reloj, no marques las horas”

Torre del Reloj del Palacio de Westminster, en Londres,
donde se encuentra la gran campana llamada Big Ben.
Foto: Carmen del Puerto.


¿Y si el tiempo no existiera o se dilatara como en la pintura de Dalí? No habría bolero. Quizá ya el mexicano Armando Manzanero lo intuyó cuando compuso la letra de la canción, alegato contra el tiempo como magnitud absoluta, con su presente, pasado y futuro. Quizá sabía de la teoría de la Relatividad Especial, en la que el tiempo es elástico y se distorsiona, o de la hipótesis de la discontinuidad del tiempo, formulada por la Mecánica Cuántica. Y quizá también sabía que el “tic tac” se mantiene hasta en los relojes atómicos, calibrados para contar 9.192.631.770 vibraciones del átomo de Cesio en cada segundo o intervalo de la onomatopeya.

RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS

Reloj, no marques las horas
porque voy a enloquecer.
Ella se irá para siempre
cuando amanezca otra vez.

No más nos queda esta noche
para vivir nuestro amor.
Y tu tic-tac me recuerda
mi irremediable dolor.

Reloj, detén tu camino
porque mi vida se apaga.
Ella es la estrella
que alumbra mi ser.
Yo, sin su amor, no soy nada.

Detén el tiempo en tus manos.
Haz esta noche perpetua
para que nunca se vaya de mí,
para que nunca amanezca.


Bolero “Reloj, no marques las horas”, cantado por Lucho Gatica:

http://www.youtube.com/watch?v=5Y8UpoKF5LM 

1 comentario:

  1. Cachis, otra vez igual que en los exámenes, Carmen, ¿a ver si va a resultar que examinarse y enamorarse son lo mismo? Y el 14 de febrero, los más prosaicos podíamos celebrar el día de los examinados, con regalito en forma de aprobado facilón.
    O´Hara de Tara, claramente aburrida, como puede verse.

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