Entrada al lupanar de Pompeya, en la provincia de
Nápoles.
Foto: Carmen del Puerto.
Foto: Carmen del Puerto.
Frescos con escenas eróticas del lupanar de Pompeya.
Fotos: Carmen del Puerto.
Me pregunto en qué
postura les sorprendería la erupción del Vesubio. El famoso lupanar de Pompeya (lupa en latín significa “loba”, término utilizado
para un tipo de prostitutas nocturnas que atraían a sus clientes con aullidos en
parques y jardines) era un edificio de dos plantas, con 10 habitaciones o
cubículos, cinco en cada piso, más dos pequeñas letrinas. Supongo que habría
colchones sobre los lechos de mampostería... Las escenas eróticas pintadas en
las paredes encima de las puertas quizá indicaran la especialidad de cada
cuarto o quizá simplemente sirvieran de inspiración a los clientes. Se sabe lo
que éstos pagaban por el servicio de las prostitutas: entre dos y ocho ases,
siendo un “as” lo que valía una porción de vino. Pero todas las ganancias, tasadas
por el emperador Calígula, eran percibidas por el amo del burdel. Ellas solían
ser esclavas, de origen griego u oriental, según los nombres que aparecen en
los abundantes graffiti del prostíbulo.
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