Le modèle rouge (1935), pintura de René Magritte, en el Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou.
Las mujeres saben mucho de torturas, aunque se justifiquen con atávicas tradiciones machistas o meras razones estéticas. A unas les alargan el cuello, a otras les extirpan el clítoris, a muchas les acortan los pies. Y aunque la práctica china de los eróticos “pies de loto” parece estar remitiendo en el gigante asiático, las mujeres del mundo entero seguimos torturando nuestros sufridos zócalos. No los vendamos desde niñas y de por vida para que no superen los 10 centímetros y aumentar así nuestras posibilidades de matrimonio. Pero, ahora por imperativos de la moda, nos embutimos en puntas imposibles –leo que vuelven agresivas esta temporada- y caminamos sobre altísimos tacones de aguja, ignorando los riesgos de caída, desgaste de articulaciones, artrosis de rodilla o lesiones de espalda. ¿Pero quién puede resistirse a su elegancia?
Con su obra Le modèle rouge y sin conocer los extremos actuales de la industria del zapato femenino, el pintor belga René Magritte denunció como barbarie someterse a la tiranía del calzado. Según sus propias palabras, “la unión de un pie humano con una zapato de cuero es, de hecho, una costumbre monstruosa”.
Ay amiga, que se lo pregunten a nuestros desgastados pinreles... Menos mal que, con los años, aprendemos a mantenernos firmes sobre la superficie entera sin incómodos intermediarios... ¿o no?
ResponderEliminarBesos de tu negra mami