Pintura mural de un hotel de
Fuerteventura.
Foto: Carmen del Puerto.
El portugués José de Sousa Saramago fue un
escritor espléndido que nos regaló obras sublimes. Una generosidad quizá
inspirada en el rey Juan III de Portugal, quien regaló un elefante asiático a
su primo el archiduque Maximiliano de Austria aprovechando su estancia en
Valladolid en el siglo XVI. Salomón o Solimán, que así se llamaba el
paquidermo, hizo un largo y azaroso viaje hasta la Viena imperial. Saramago recreó
ese viaje imposible en una novela histórica imaginaria con una sintaxis
irreverente sólo permitida a un Premio Nobel de Literatura.
Si con “El Evangelio según Jesucristo” (1991)
y, después, con “Caín” (2009) indignó a la Iglesia Católica por su ateísmo
pesimista… Si con “Ensayo sobre la ceguera” (1995) denunció la insolidaria y
corrupta condición humana... Y si con “Todos los nombres” (1997) reflexionó
sobre la existencia con una historia de amor y soledad en un contexto de irracional burocracia... Con “El viaje del elefante” (2008), uno de sus últimos regalos,
el escritor que amaba Lanzarote censuró con su humanismo más irónico los
caprichos reales que provocan muertes inútiles de animales majestuosos. “El elefante murió casi dos años después
–concluye en el epílogo-, otra vez
invierno, en el último mes de mil quinientos cincuenta y tres. La causa de la
muerte no llegó a ser conocida, todavía no eran tiempos de análisis de sangre,
radiografías de tórax, endoscopias, resonancias magnéticas y otras observaciones
que hoy son el pan de cada día para los humanos, no tanto para los animales,
que simplemente mueren sin una enfermera que les ponga la mano en la frente.
Aparte de haberlo desollado, a salomón [sic] le cortaron las patas delanteras para que, tras las necesarias
operaciones de limpieza y curtido, sirvieran de recipientes, a la entrada del
palacio, para depositar las varas, los bastones, los paraguas y las sombrillas
de verano. Como se ve, a salomón [sic]
no le valió de nada haberse arrodillado.” (JOSÉ DE SARAMAGO. El viaje del elefante. Alfaguara. Madrid, 2008. p. 269)
Hola amiga, me alegra poder comprobar que tienes un blog que me parece realmente la pena pararse a leerlo por lo diferente que tiene y las cosas que podemos aprender nuevas del mismo.
ResponderEliminarSin duda es algo que llama la atencion a primera vista.
Gracias por el blog,
Saludos,
Francisco M.
Gracias a ti por leer un poco de mi vanidad.
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