Puerto de Argel (Argelia).
Foto: Carmen del Puerto.
Puerto de Hout Bay (Sudáfrica).
Foto: Carmen del Puerto.
Puerto de Sidney (Australia).
Foto: Carmen del Puerto.
Puerto de Luderitz (Namibia).
Foto: Carmen del Puerto.
Puerto de Santa María (Cádiz).
Foto: Carmen del Puerto.
Me gustan los puertos,
quizá por razones heráldicas, prueba de haber superado un trauma infantil. Cuando
era niña, sufrí la crueldad de mis compañeros de colegio –nadie se libraba- que
veían en mi singular apellido un motivo de burla. Como no me podían llamar “cuatro
ojos” –aún no tenía presbicia-, pretendían insultarme riéndose de mi patronímico.
Repetían “¡Puerto de Santa María, Puerto de Santa María…!”, con tal sorna que
yo pensé que tal Puerto debía ser realmente feo para utilizarlo contra mí.
Afortunadamente, hubo en aquella mi etapa escolar franquista una maestra –doña Paquita-
que me consolaba diciéndome: “Mari Carmen, no llores, porque el Puerto de Santa
María es muy bonito”. Aquella profesora no me lo decía sólo para tranquilizarme.
Lo he comprobado de adulta y le estoy muy agradecida. Hoy, todos los puertos me
gustan, sean gaditanos o de las antípodas.